El Mañico, el último reducto de la calle Alfonso I, ha echado la persiana.

De todo lo vivido han pasado veinte años. La memoria, traicionera, comprime y expande el tiempo a su antojo. Parece que hayan pasado veinte y no seis desde que publicásemos el primer libro del periodista Juanma Fernández en Anorak Ediciones. Una tarde de sábado, a la hora del café, recorrimos el centro de Zaragoza para fotografiar al bueno de Juanma con vistas a la promoción del libro y, no recuerdo cómo, terminamos disparando el flash en el interior de El Mañico. Ayer, esta tienda de souvenirs, adoquines y juguetes cerraba sus puertas: su cierre contribuye a evaporar la Zaragoza en la que crecimos, a borrar otro de nuestros paraísos cotidianos. 


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